El acero especial está hecho de mineral de hierro o chatarra de acero con la incorporación apropiada de elementos de aleación como cromo, níquel, manganeso y molibdeno.
La etapa inicial consiste en fundir la materia prima.
Después se descartan los elementos no deseados y se le añaden los elementos de aleación. El acero fundido se vierte en un molde y se deja enfriar para que se forme un planchón.
A ese planchón se le estira mediante la presión de rodillos gigantescos y se transforma en un tocho. Luego, a ese tocho se le transforma en barras o bobinas de diversos tamaños, las cuales se envían, después de estrictas inspecciones, a los fabricantes de procesamiento secundario.